NOMBRE COMPLETO | Íñigo López Montaña | |
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FECHA DE NACIMIENTO | 23 de julio de 1982 | |
LUGAR DE NACIMIENTO | Logroño (La Rioja) | |
DEMARCACIÓN | Defensa central | |
DORSAL | 21 | |
CLUB DE PROCEDENCIA | PAOK Salónica (GRE) | |
TEMPORADAS EN EL CLUB | 1 (2013-14) | |
PARTIDOS | 9 | |
GOLES | 1 | |
CLUB DE DESTINO | Córdoba C.F. | |
EQUIPO ACTUAL | Retirado |
Defensa central sobrio y contundente, jugó en el Celta por espacio de seis meses en 2014, cedido por el PAOK de Salónica. Nacido en Logroño, por sus venas corre sangre de futbolista, ya que su hermano Jorge también fue futbolista profesional, destacando en el Valencia, con quien ganó la Liga, la Copa de la UEFA y la Supercopa de Europa. Íñigo, cuatro años más joven que Jorge, inició su carrera profesional en el desaparecido Club Deportivo Logroñés, desde donde saltó a Madrid para militar en el Atlético de Madrid, previo paso por Las Rozas.
Con el conjunto colchonero jugó en el filial, aunque no llegaría a debutar con el equipo mayor. Allí coincidió con jugadores como David Rodríguez, Falcón, Vara o Mario Suárez, que posteriormente recalarían en el Celta. En el año 2006 abandonó definitivamente el Calderón tras disputar 34 partidos en los que anotó 4 goles. El entrenador que le hizo debutar en el Atlético B fue Pepe Murcia, que también entrenaría al Celta más tarde.
Tras una campaña en el San Sebastián de los Reyes, el riojano se incorporó al Alcorcón, donde permaneció tres campañas (2007-2010). Especialmente brillante fue la última de ellas, en la que participó en el 'alcorconazo' ante el Real Madrid y logró el ascenso a Segunda División, disputando 45 partidos oficiales y marcando 11 goles. No en vano, una de las virtudes de Íñigo es su poderío en el juego aéreo.
Tras el ascenso, el central fichó por el Granada a cambio de 100.000 euros, con el que volvió a subir, esta vez a Primera División y tras superar en un tenso 'play-off' de ascenso al Celta. En el cuadro andaluz militó entre 2010 y 2013. Allí coincidió con Orellana y Nolito, con los que posteriormente compartiría vestuario en el conjunto vigués. Con el Granada jugó dos temporadas en Primera, disputando un total de 50 partidos en los que anotó cuatro goles en la primera de ellas y ninguno en la última.
En el verano de 2013 emprende la aventura griega, enrolándose en el PAOK de Salónica, que le ofrece un contrato de dos años. Su experiencia en la liga helena fue complicada, ya que apenas gozó de minutos por lo que tanto el club como el jugador estaban de acuerdo en que una cesión sería lo más adecuado para su futuro inmediato.
Entonces apareció el Celta en la vida de Íñigo López. El club celeste buscaba un central después de ceder a Jonathan Vila al Beitar de Jerusalén, y hacer lo propio con Samuel Llorca, recién recuperado de dos graves lesiones de rodilla, que saldría rumbo a Vitoria para ganar minutos y confianza en el Alavés. Íñigo López venía para aportar madurez y veteranía a una zaga poco curtida.
La competencia era importante. Gustavo Cabral se había afianzado como defensa titular en los últimos encuentros, pero tenía una dura competencia con David Costas, un prometedor chico de la cantera, aún en edad juvenil, que había sido titular durante buena parte de la temporada. En el perfil izquierdo estaba Andreu Fontàs, indiscutible en esa posición, por lo que las opciones de Íñigo eran escasas.
Además contaba con otro hándicap. Su estado físico no era el ideal. La inactividad en Grecia le pasaba factura y el propio futbolista reconocía en privado que no se encontraba a tope para jugar en la Liga. Sin embargo, nunca se le notó dicha carestía física y alcanzó el ritmo de sus compañeros muy pronto.
No tardó en entrar en la dinámica del equipo, al ser incluído en la convocatoria para Granada, su ex equipo, aunque no llegó a jugar ni un solo minuto. Su debut oficial con el Celta sería en un accidentado partido disputado en Villarreal. Ganaba el Celta 0-1 cuando el encuentro se tuvo que detener por el lanzamiento de un bote con gas lacrimógeno que obligó al desalojo del recinto deportivo. Quince minutos después se reanudó el choque, anotando Nolito de libre directo el 0-2 que sentenciaba el partido.
Celebrando su único gol con la camiseta del Celta |
Íñigo López jugó bien en su debut, y dio la sensación de un futbolista con mucha veteranía, que podía dar a la zaga céltica un poso de madurez muy necesario. Sin embargo, ante la competencia de sus compañeros, nunca logró hacerse con un puesto en el once, a pesar de que disputó 9 partidos, saliendo como titular en tan solo cinco ocasiones, especialmente en la recta final del campeonato, cuando la salvación ya era matemática.
Se despidió del Celta anotando un gol en la última jornada ante el Valencia, un encuentro en el que también tuvo la oportunidad de ser titular y la aprovechó para lograr lo que más de un delantero no pudo en el Celta: Anotar un gol. Al margen de lo anecdótico de la situación, la impresión que dejó Íñigo López en el Celta fue la de un profesional escrupuloso, que rindió cuando se le necesitó y que aportó tanto dentro como fuera del campo. Al finalizar la campaña, regresó al PAOK buscando una segunda oportunidad en la liga griega, que no tendría ya que rescindió su contrato y firmó por el recién ascendido Córdoba. El conjunto andaluz anunció el 1 de agosto la contratación de Íñigo López por una temporada con opción a otra más.
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