NOMBRE COMPLETO | Oier Sanjurjo Maté | |
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FECHA DE NACIMIENTO | 25 de mayo de 1986 | |
LUGAR DE NACIMIENTO | Estella (Navarra) | |
DEMARCACIÓN | Defensa central, Lateral | |
DORSAL | 15 | |
CLUB DE PROCEDENCIA | Atlético Osasuna | |
TEMPORADAS EN EL CLUB | 1 (2011-12) | |
PARTIDOS | 34 | |
GOLES | 0 | |
CLUB DE DESTINO | Atlético Osasuna | |
EQUIPO ACTUAL | Retirado |
Formado en la cantera del Osasuna, Oier Sanjurjo es un defensa lateral que también puede jugar como defensa central, posición que ocupó habitualmente durante su estancia en el Celta. Tras criarse en Tajonar, Oier tuvo la oportunidad de llegar al primer equipo, con quién debutó el 24 de septiembre de 2008 en El Sadar, siendo el rival el Deportivo.
Durante tres temporadas, Oier disputó 27 partidos con el cuadro rojillo, sin llegar a anotar ningún gol. Ante la falta de oportunidades, aceptó la cesión al Celta, a donde llegó para reactivar su carrera. Desde Pamplona le describían como un hombre de club, disciplinado, serio y trabajador. Virtudes que demostraría a lo largo de su cesión en el conjunto celeste. El futbolista, por su parte, tenía claro a lo que venía: "Estoy ilusionado, con muchas ganas de aportar mi trabajo para lograr el objetivo del ascenso".
Oier Sanjurjo Maté debutó en 2005 en Segunda División B, con el filial osasunista. Con los profesionales disputó su primer encuentro liguero en septiembre de 2008, ante el Deportivo (0-0). Ya en la temporada anterior había actuado en un choque de Copa del Rey. En sus primeras apariciones ofreció un buen rendimiento. Aunque diestro, tuvo que suplir la baja de Monreal en la izquierda y cumplió. Las lesiones lo lastraron en esa etapa. En febrero de 2009 se rompió el ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda. En diciembre de 2009, el lateral interno de la derecha.
Oier durante su presentación |
En febrero de 2011 se fracturó los huesos propios de la nariz. En esta última campaña ya no dispuso de demasiadas oportunidades y esta circunstancia lo animaba a cambiar de aires. "No he tenido muchos minutos, que es lo que quiero disfrutar", reconoce. "Para tenerlos, no me importaba jugar en Segunda. Y dentro de esa posibilidad, prefería el mejor equipo posible. La llamada del Celta me hace mucha ilusión". A su llegada a Vigo proclamaba su polivalencia. Reconocía que podía jugar por ambas bandas, incluso por la izquierda a pesar de ser diestro.
No empezó bien su etapa en Vigo, ya que a los pocos días de llegar sufrió una microrrotura fibrilar en el recto anterior de su muslo derecho, cuyo plazo de recuperación se estimaba entre los diez y quince días, pero que finalmente sería más de lo esperado. El futbolista esperaba estar listo para el inicio de la temporada, pero no pudo hacerlo hasta el mes de octubre, sería en un partido de copa, ante el Valladolid, que concluyó con victoria local por cuatro goles a uno. El debut no fue lo que esperaba, ya que Herrera, ante la ausencia de un suplente para Jonathan Vila, decidió colocarlo como defensa central, posición en la que no había jugado nunca: "El debut ha sido especial para mí porque jugué en una posición en la que no había jugado en mi vida. Creo que aproveché la oportunidad y se me abren peurtas, pero esto solo es un partido y no se gana la titularid", señaló tras su primer partido con el Celta.
Junto a Borja Oubiña tras un partido en Balaídos |
Su debut en Balaídos ante el Valladolid |
Claro que su segunda partido con la zamarra celeste no sería tan plácido. Oier repitió como central en partido de Liga ante el Xerez, en partido disputado en tierras andaluzas. El navarro tuvo una noche de auténtico infortunio. Sin hacer mal partido, acabó el choque con dos goles anotados en su propia portería: "Ha sido una semana con bastantes emociones fuertes. Primero debuté que era algo de lo que tenía muchas ganas porque llevaba tiempo alejado de los terrenos de juego y quería ver cómo iba a responder. El miércoles pasado fue todo una fiesta, y el domingo hubo un poco de todo. Hubo momentos en los que me sentí a gusto y contento pero otros que dolieron como el haber marcado dos goles en propia puerta". A pesar de eso, manifestó haberse sentido cómodo como central. En toda su carrera, jamás se había anotado un gol en propia puerta.
Después volvería a la suplencia, excepto algún partido en el lateral derecho, posición que manejó en el derbi disputado en Riazor. No tuvo una buena experiencia aquel día, el navarro sufrió con Salomao, aunque no hubo consecuencias en el marcador. El Celta encadenó tres derrotas consecutivas ante Deportivo, Hércules y Barcelona B, con partidos flojos de los centrales, lo que llevó a Herrera a probar con el propio Oier y Túñez como centrales titulares. Ambos futbolistas, amigos fuera del terreno de juego, se entendieron a la maravilla dentro del campo. Desde su debut ante el Sabadell, partido que concluyó con victoria local por cuatro goles a uno, hasta el final de la Liga, nadie fue capaz de apartarlos del once inicial.
Junto a Túñez formó una gran pareja de centrales |
Ambos se complementaron a la perfección. El equipo mejoró en el juego aéreo, auténtico talón de aquiles de ese Celta, y los problemas defensivos parecieron pasar a la historia. El Celta encadenó una racha de partidos sin perder en los que apenas encajaba gol, de hecho Yoel estuvo a punto de batir un récord histórico de imbatibilidad de no haber mediado una inoportuna lesión ante el Murcia. Gran parte del mérito era del guardameta, pero también de la defensa y la mejoría mostrada en las últimas jornadas tenía en Oier a uno de sus responsables.
Ya para entonces el navarro se había convertido en un ídolo en Balaídos y las preguntas en sala de prensa ya no versaban sobre su posición ideal en el campo sino sobre la posibilidad de que el Celta se hiciese con sus servicios. El contrato de cesión de Oier incluia una cláusula de compra mediante la cual el Celta podía hacerse con el futbolista en propiedad previo pago de tres millones. El futbolista se dejó querer durante un tiempo, aunque nunca dejó de mostrar su fidelidad al conjunto rojillo en el que se formó.
Celebrando el casi ascenso en Tarragona, con Aspas y Álex López |
Oier, recordado con cariño en Balaídos (Foto: Marta G. Brea) |
Los halagos eran constantes y llegaban de todas partes, mientras el equipo seguía con su marcha triunfal en Liga, interrumpida con algún tropezón y con sucesos extraños. En Cartagena se suspendió un partido tras ser agredido el juez de línea de Pino Zamorano, y en Guadalajara, con 0-3 en el tanteador se volvió a suspender tras fundirse tres de las cuatro torretas de iluminación. Todo ello en una temporada especial para Oier, que jamás olvidará su año en Vigo y que terminó despedido como un héroe el día del ascenso ante el Córdoba, donde se sucedieron las proclamas que pedían su continuidad.
Desgraciadamente no dependía de él, y tampoco el Celta podía permitirse abonar 3 millones de euros. El Presidente Mouriño reconoció que habían preferido ahorrar el dinero del traspaso y de la ficha de Oier en otros jugadores, mencionando a Orellana, futbolista también cedido aquel año y por el que el Celta pujaba para retenerlo. Oier regresó a Osasuna. Llegó a Vigo como un lateral polivalente y se marchó como un defensa total, capaz de jugar en las cuatro posiciones de la zaga. Un futbolista que lo dio todo en Vigo y que demostró su altura como futbolista y persona.
En su regreso a Pamplona cobró importancia en el equipo de su ciudad, actuando fundamentalmente como mediocentro defensivo. En mayo de 2014, Osasuna cae a Segunda División tras 14 años en la máxima categoría. En la primera jornada del campeonato liguero en la categoría de plata, Oier sufre una desgraciada lesion al romper el ligamento cruzado anterior de su rodilla derecha, lo que le mantendrá fuera de los terrenos de juego por un largo periodo de tiempo.
En su regreso a Pamplona cobró importancia en el equipo de su ciudad, actuando fundamentalmente como mediocentro defensivo. En mayo de 2014, Osasuna cae a Segunda División tras 14 años en la máxima categoría. En la primera jornada del campeonato liguero en la categoría de plata, Oier sufre una desgraciada lesion al romper el ligamento cruzado anterior de su rodilla derecha, lo que le mantendrá fuera de los terrenos de juego por un largo periodo de tiempo.
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