NOMBRE COMPLETO | Manuel Otero Jimenez | |
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FECHA DE NACIMIENTO | 14 de diciembre de 1942 | |
LUGAR DE NACIMIENTO | Sevilla | |
DEMARCACIÓN | Extremo izquierdo | |
CLUB DE PROCEDENCIA | FC Barcelona | |
TEMPORADAS EN EL CLUB | 7 (1968-75) | |
PARTIDOS | 193 | |
GOLES | 51 | |
CLUB DE DESTINO | Girona | |
EQUIPO ACTUAL | Retirado - Fallecido 5-12-2021 |
Nacido en pleno corazón del
barrio sevillano de Triana, en un corral compuesto por 24 viviendas. El dinero
pasaba tan de refilón por su casa que a la hora de comer había unas cuantas
bocas hambrientas alrededor de la mesa esperando un milagro como el de los
panes y los peces, lo cual no era muy diferente a lo que vivían el resto de las
familias de su calle, en donde solo había un pilón para que se lavaran cara y
manos para afrontar la dura jornada. Eran años de posguerra y hambre.
Ya de niño, con unos 8 años, su
obsesión era llevarle cada día unas perras a su madre para contribuir a la
comida cotidiana, y a esa edad, se levantaba a las 5 de la madrugada de su
catre para dirigirse a la subasta del Barranco con un gancho en la mano
izquierda con el que arrastrar las cajas de pescado y un martillo en la derecha
para quitar las puntas de madera. Juntar cinco pesetas en un día era un milagro
pero lo era mas conseguir eliminar las escamas de las manos para llegar a la
escuela sin olor a pescado.
Su madre, Rosario, fue una figura
omnipresente en su vida.
Empezó jugando al futbol en los
recreos del colegio, cuando no tenían ni porterías ni pelota de cuero, aunque
eran unos artistas con la de trapo. Unas viejas botas de futbol remendadas por
su madre con hilo de cobre fueron sus primeras armas.
Nació para hacer deporte pese a
que estaba muy delgado y era muy pequeño. Esa incapacidad física, de no
alimentarse bien, la suplía con mucho entusiasmo.
Le gustaba también la natación y
el atletismo y braceaba muchas tardes entre el puente de Triana y el de San
Telmo.
Pero claro, no era un niño al que
los padres pagasen las clases deportivas sino un rapazuelo que buscaba
cualquier disculpa para llevar a casa un dinerillo.
Vendía viseras para el sol en el
campo del Sevilla colándose por una esquina y ante la plaza de toros, o globos
en la Feria de Abril. O recogía colillas de tabaco rubio o de puro que vendía a
un vecino suyo que las transformaba en pitillos nuevos.
Jimenez en el Badajoz |
Después trabajó en una pastelería,
pero seguir trabajando y estudiando no detuvo nunca la pasión de su vida, el
futbol. Eso es lo que quería desde que tuvo uso de razón, ser futbolista por
encima de todo. Primero jugó en la calle, luego en el colegio, y ya, de un modo
más serio en un equipo federado en el que empezó a despuntar, el CD Rocío, un
equipo de infantiles del barrio de Triana en el que aprendió a sacrificarse
dentro de un grupo. Les llegaban las camisetas hasta las rodillas y los
pantalones les cubrían los tobillos.
De allí pasó a juveniles en el
San Vicente, y a los 17 años hizo la maleta para irse al Emeritense, con el que
ascendió a 3ª división, y en donde el entrenador Pedro Cuadra fue su padre
futbolístico. Le enseñó a golpear con fuerza, a pulir la técnica…
En el equipo de Mérida, donde
ganaba 2.000 pesetas al mes, fue titular desde el principio, marcó goles, y
sintió por primera vez que el mundo parecía reconciliarse con él. En una sola
temporada dejó la pubertad y se convirtió en un hombre. Salió de Triana con 58
kgs y volvió con 72 a
ese equipo, como titular, y parte de una delantera temible. Pronto ascendió al
primer equipo, el Betis, pero había que servir a la patria y le destinaron a
Algeciras en 1963, el año que mataron a Kennedy.
A su vuelta, el Betis lo cedió al
Constancia de Inca, en segunda división. Fue una experiencia crucial de su vida, porque
con las 75.000 pesetas que ganó allí en una temporada y una ficha importante
pudo cumplir un sueño: comprarle un piso a su madre, sacarla del corral de Triana
y levarla a un lugar digno de ella.
Volvió al Betis, donde abanderó una
huelga junto a Quino, Dioni y Antón, en defensa de los compañeros del filial
que no cobraban, lo que se resolvió en dialogo con el presidente Benito Villamarín
ourensano de Castrelo de Miño.
Luego pasó al Jerez, donde hizo
25 partidos de la campaña 1965/66. Era titular indiscutible en ese tiempo
jerezano en el que pudo conocer el mundillo de los folclóricos y en el que le
pusieron de sobrenombre Gila, por su parecido físico con el humorista, apodo con
el que ya le conocerían posteriormente con sus variantes de “Filomatic” o “Filo”,
en el Badajoz, Barça y Celta.
Luego pasó al Badajoz, donde se
convirtió en el máximo goleador de todas las categorías del futbol español.
Jiménez (centro) en su etapa en el FC Barcelona |
No pasó esto desapercibido para el FC Barcelona que fichó al extremo andaluz que pagó por él 4 millones de pesetas.
Dejó mucho cariño en Badajoz,
pero llegar al FC Barcelona en 1967 era tocar techo para un niño del barrio de
Triana. Cuando entró al vestuario por primera vez vio a Muller, Benitez,
Resach, Fusté, Gallego… La integración fue dura al principio sobre todo porque
desconocía el catalán. Además la competencia era terrible, y Resach y rifé le
cerraron el paso.
El RC Celta se interesó por él, y
el Barça lo cedió en 1968 hasta final de temporada. Y fue una entrada excepcional,
porque metió 10 goles en 19 partidos y el equipo volvió a 1ª tras un largo periplo
por 2ª división.
Jiménez fue uno de los
futbolistas emblemáticos de uno de los equipos más brillantes que ha conocido
el equipo vigués en sus 75 años de historia. Su extraordinario parecido con el
cómico Miguel Gila, que por aquel entonces hacía un anuncio de televisión de
una marca de cuchillas de afeitar, le valió el apodo de "el
filomatic", Gila o simplemente "el gitano" que juega cuando le
da la gana, aunque el propio Jiménez reconocía no entender muy bien este último
mote porque siempre se consideró un gran profesional.
Sin embargo, Jiménez fue más
conocido por ser uno de los mejores extremos izquierdos de su época que por su
condición de "alter ego" futbolístico del genial cómico. Era técnico,
muy rápido, le pegaba bien al balón con las dos piernas con tanta fuerza como
eficacia y lo más importante de todo: tenía gol.
Manolo Jiménez forma parte de una
de las generaciones de futbolistas celestes que más tardes de gloria dieron al
equipo vigués. Entre otros logros consiguieron la primera clasificación del
Celta para una Competición europea en la Temporada 1970-71 y tuvo el honor de
formar parte del equipo que debutó en la Copa de la UEFA ante el Aberdeen en
Balaídos. Lamentablemente aquella aventura tan sólo duraría una ronda, pero es
muy recordada por los aficionados más veteranos del Celta.
Jugó en Balaidos hasta la campaña
1974-75 en el que el Celta cayó en segunda y dejó de ser un asiduo en las
alineaciones.
Fichó por el Girona pero se rompió
el tendón de Aquiles en el primer partido y ahí se acabó su vida futbolística. El
periodista José María García dijo entonces que fue el jugador mas caro de Europa, un millón por un minuto jugado.
Posando con una bufanda del Celta, años después de su retirada |
Desde su retirada en 1975 es
socio del Real Club Celta, ocupando un sitio en la grada de Tribuna, desde
donde ha visto a muchas generaciones de futbolistas celtiñas.
Ha sido distinguido con la
insignia de oro del Badajoz, el Barcelona, que le ha invitado a los actos de su
centenario y del Celta, pero no del Betis, aunque el equipo andaluz sigue
ocupando un importante lugar en su corazón de aficionado. Jiménez ha dado su
nombre a una peña celtista aunque no está reconocida oficialmente y ha
colaborado también activamente en la fundación de la Agrupación de Ex-
futbolistas del Celta que fue constituida en 1997 con otros compañeros de la
época que se reunían a cenar una vez al año para recordar viejos tiempos.
Falleció en Vigo el 5 de diciembre de 2021 a los 79 años de edad.
*Estadísticas @celtahistoria |
TOTAL CON EL CELTA: 193 partidos / 51 goles
* Fuentes (Jesús Penabad - fotos y documentación de su libro sobre Manolo Jimenez, Faro de Vigo, Historia del Celta FV, Mundo Deportivo, Estadísticas Alberto Fernández)
Manolo Jiménez ha sido un estandarte del R.C. Celta en los años setenta. Además de ser uno de los jugadores más regulares del equipo y, junto a Juan, el máximo goleador de la década. Sus galopadas por el extremo, sus pases de maestro, de ahí el apodo, y sus goles decisivos, hicieron de él un magnífico extremo izquierdo. Es una lástima que no se reconozca el historial de este jugaodor que jugó en el Barcelona y que no fue internacional por cuestiones políticas. Un abrazo a esta historia viva del celtismo.
ResponderEliminarEn la temporada de 1965/66, jugó en el Xerez C.D., cedido por el R. Betis, jugando 25 partidos y marcando 14 goles.
ResponderEliminarSe ha publicado este artículo en El Diario de Triana.
ResponderEliminarhttp://www.eldiariodetriana.es/blog/manuel-jimenez-trianero-el-futbolista-mas-caro-de-europa/
Hemos intentado pedir autorización pero no hemos visto el modo. se han publicado las fuentes, pero si hay algún problema se retira.
Un saludo
Sin problema. Pero si podeis citad a la web tambien. Un saludo
ResponderEliminarDIÓS TENGA EN LA GLORIA HA OTRO DE TANTÍSIMOS COMO HAN HABIDO EN EL FÚTBOL DE ILUSTRÉS DELANTEROS CENTROS SUPONGO QUE TAMBIÉN TENÍA OLFATO DE GOL.
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